Marzo de 2020: España vive la mayor crisis sanitaria desde hace un siglo; el COVID-19 llega a nuestra vida tras la mal llamada Gripe Española de 1918.

El Estado de Alarma ha provocado una situación inédita en nuestra historia, un encierro que hemos vivido y aún hoy recordamos de forma, para muchos, dramática. Es en este espacio y, a través de la red, donde se dio luz a una serie de obras escultóricas surgidas mediante el concepto y la técnica de la Pareidolia (visualización de elementos figurativos en patrones vagos), una serie de obras que escenifican la captura en imágenes del subconsciente. Así, las obras que se muestran son productos de nuestro interior, ya que no se ha buscado nada en concreto, más bien, todo lo contrario, se ha dado rienda suelta a la creatividad, sin una intención manifiesta. 

Las obras expuestas no son obras finales; como la vida misma, son obras dinámicas, obras que evolucionan, obras que son el germen con lo que a futuro se las relacionará, pero, que hoy y ahora, se plantean como una sucesión de obras múltiples lo que denominaríamos “multiobras”. Por ello, podríamos definirla como un conjunto de ideas y conceptos que caminan hacia su verdad “absoluta” o no, según qué casos.

“Multiobras”: palabra extraña, con mucho contenido. La visualización de una obra inconclusa deja margen a la imaginación para finalizarla, o bien para perpetuar su forma y concepto como un elemento único y finito. Así, todo queda abierto, todo se basa en un concepto hecho forma que, en algunos de los casos, han sido creadas en unos segundos y otras en pocos minutos.

En las representaciones mostradas, todo y nada es el fin; todo queda a la interpretación personal y subjetiva del espectador; por ello, cada una de estas esculturas es sólo el principio, puesto que cada uno de nosotros la moldeará transformando la identidad y el fin, por y para lo que fueron creadas.

Formalmente, y desde el plano más racional, son esculturas que se sitúan en un proceso inicial de realización; muchas de ellas son bocetos que dan una idea rápida y fugaz de un pensamiento, un modo de entender, un destello cognitivo, una captura vital. Otras están en fases intermedias de realización, en una fase de desarrollo qué, como ya se ha explicado, configura una imagen, una forma en el tiempo, un fotograma como parte de un todo que a la postre configurará una obra escultórica de carácter pleno. Además, están las que, desde mi punto de vista como autor, considero prácticamente finitas; las que muestran sus conclusiones con poco espacio para la duda.

Dada las circunstancias, los materiales utilizados son los de uso más común en nuestras viviendas: papel de aluminio y papel higiénico, fijado éste último con cola blanca, como se suele decir: “En tiempos de guerra, economía de guerra”. Una vez finalizado el Estado de Alarma y ya recuperada nuestras vidas, determinadas esculturas han pasado de su materia intermedia y de transición a la definitiva como: bronce, aluminio o cualquier otra, aunque otras han quedado en el material de origen.

Por lo expuesto anteriormente, aún queda camino. Es posible que para la próxima vez que usted visite nuestra página: una, un par o varias de las esculturas expuestas se hayan cambiado o modificado, evolucionado en su forma o concepto, como ya se ha dicho: un proceso dinámico como la vida misma.

MEM

05.05.2020